El legado de Luis Alfaro Vega es sin duda un buen
legado para las letras costarricenses. A través de doña Luz, una anciana profesora
universitaria -atea y casi profeta- que se retira del mundo porque “se había
cansado de su mecanismo” y un estudiante imberbe 60 años más joven que ella
junto con tres vecinas curiosísimas, Luis traza un relato que intriga desde el
primer momento.
Los escenarios de la narración los acompaña como si de un cuadro se tratara y el lector imagina un nuevo lienzo de los pintores que aparecen en la novela y recrea e inventa otro inexistente, los artistas para imaginar que escoge son Velázquez, Picasso, Dalí, Goya… Con estas pinceladas, nunca mejor dicho, nos adentramos en un legado cargado de gran sabiduría y reflexión sobre la vida y sus aspectos más nimios todo ello con una carga filosófica que solo lo dan los años como es el caso de doña Luz, no es Séneca pero son reflexiones de su lucidez.
Los escenarios de la narración los acompaña como si de un cuadro se tratara y el lector imagina un nuevo lienzo de los pintores que aparecen en la novela y recrea e inventa otro inexistente, los artistas para imaginar que escoge son Velázquez, Picasso, Dalí, Goya… Con estas pinceladas, nunca mejor dicho, nos adentramos en un legado cargado de gran sabiduría y reflexión sobre la vida y sus aspectos más nimios todo ello con una carga filosófica que solo lo dan los años como es el caso de doña Luz, no es Séneca pero son reflexiones de su lucidez.
El libro le habla al lector lo hace cómplice, lo captura y terminas dudando
si esa historia no es verdad.
Su lectura me ha recordado por momentos El
Principito de Saint-Exupéry, se trata temas como la vida, la soledad en
este caso buscada de doña Luz, la amistad, el amor y la muerte y todo cargado
como dije al principio de una profunda carga filosófica. También la intriga
acompaña a la novela cuando en la casa que fuera de los Fernández se descubren
cuatro cráneos infantiles. Felipe Fernández acude a la casa borracho y con un
arma en la mano originándose una trifulca. El desenlace a este hecho termina
pero cuando el lector finaliza la novela se pregunta ¿qué pasaría con esos
huesos? esta pregunta da pie a una nueva novela de Luis Alfaro pues a mí me dejó con ganas de saber más, de que no
terminara.
El amor fluye en el Capítulo VIII con una sensualidad y ternura propias de
las mejores novelas, un recorrido por el cuerpo amado sentido y escrito así con
esa amabilidad y goce que únicamente personas con esa sensibilidad como Luis
Alfaro son capaces de hechizar.

Luis Alfaro Vega nació en Santa Bárbara de Heredia, Costa Rica, el 27 de abril de 1961. Es licenciado en sociología por la Universidad de Costa Rica (UCR). Ejerció por muchos años su profesión de sociólogo en diversas instituciones.
Ha publicado «Poética de la muerte» (Editorial Oro y Barro, 1998), «Libo» (Ediciones Colección Acosta, 2000), «Cabálicas» (Ediciones del Valle, 2006) y «Luces y sombras de otro tiempo» (Corporación Educativa para el Desarrollo Costarricense, 2009). Su novela «Los tristes pájaros del parque»» fue publicada por Ediciones Oblicuas de Barcelona en 2018. En 2019 la Editorial Montemira publicó su novela «El legado». Ha recibido menciones en diversos certámenes internacionales de poesía, como el Certamen Internacional de Poesía Literarte de Argentina.