I Poemas de la juventud y primavera
1 «Orgullo de los pescadores»
2 «Flor de la inagnoliü, acortado»
3 «Recolección de moras»
4 «Escarcha a la sombra de las flores»
5 «Cielo de las perdices»
6 «Ciclo de las perdices» (flor del canelo)
7 «¡Awar la arena del arroyo»
8 «Olas lavan la arena»
9 «Como en sueños»
10 «Rojo sobre los labios»
II Poemas de la separación
11 «Mariposa enamorada de su flor»
12 «Pequeña montaña doble»
13 «Lamento del príncipe»
14 «Llevando incienso»
25 «Lavar la arena del arroyo»
16 «Inmortal frente al río»
17 «Confiar el secreto de mi corazón»
18 «Una rama de ciruelo»
III Poemas de la vejez y de la muerte
19 «Mariposa enamorada de su flor»
20 «Mariposa enamorada de su flor»
21 «Primavera en Wuling»
22 «Inmortalfl'ente al río»
23 «Llevando incienso»
24 «Recogida de moras, aumentado»
25 «Alegria clara ij ti'anquila»
26 «Tonos lentos»
27 «Orgullo de los pescadores»
Poemas de juventud y primavera
“Orgullo de los pescadores’
dentro de la nieve
la primavera anuncia su venida:
una flor de ciruelo asoma
entre heladas ramitas de mármol
y su rostro perfumado a medio abrir, purísimo,
como si después del baño
una mujer muy bella
entrara en el jardín
con su vestido nuevo
la Gran Naturaleza
quizás ha puesto en ella todo su deseo
para que la luz brillante de la luna
luzca más aún
veamos tú y yo
cómo se deslizan hasta el fondo de la copa
los posos verdes del vino delicioso
y no digamos no a la ebriedad
porque esta flor
es única y sin igual entre las flores
“Flor de la magnolia, acortado’
a aquel
que vendía ramos de flores
en un balancín
le compré una flor
a punto de estallar de primavera
mojada toda ella de lágrimas iguales:
gotas de rocío que reflejan
las nubes rosáceas del alba
temo que mi esposo piense
que mi rostro no es tan bello como ella
pero me la pongo oblicua y hermosa en el pelo
y que así, de un vistazo,
nos compare
‘Recolección de moras’
en el crepúsculo
ráfagas de viento y lluvia
luz ardiente que se deshace
y se apaga
ya he dejado de tocar la flauta de bambú
y frente al espejo engastado con flores
ligeramente me maquillo
bajo el vestido de seda púrpura
mi fina piel de nieve
exhala un delicioso perfume
entonces,
sonriendo
susurro a mi amado:
«esta noche
tras el dosel de muselina
sentiremos el frescor de nuestro lecho»
'Escarcha a la sombra de las flores’
ligeras brumas
densas nubes
hacen más triste aún este largo día
el perfume Borneol
se desvanece en su animal dorado
hoy es nueve de septiembre;
otra vez la Fiesta del Doble Yang
la almohada de jade
y el biombo de seda
a media noche despiden su frescor
cerca de la Barrera del Este
cuando ella alza su copa ante el ocaso
sus mangas desprenden un mágico perfume
no digas que el alma
no sabría languidecer de amor
tras las cortinas
que el viento del oeste ondea
ella aparece tan grácil
como un crisantemo
“Cielo de las perdices’
los rayos fríos del sol
tristes
trepan la celosía de mi ventana
supongo que las esterculias
estarán cargando a cuestas
con el rocío de toda la noche
con la resaca del vino
apetece aún más ese té amargo
abro los ojos
y el perfume Borneol viene a complacerme
el otoño se termina
¡pero los días me parecen tan largos!
aunque la nostalgia de Zhongxuan
era más triste aún
mejor dejarse llevar por la ebriedad del buen vino
y no defraudar así a la Flor de Oro
que crece en la Barrera del Este

‘Cielo de las perdices’
(flor del canelo)
de un amarillo mate claro
casi pálido
su talle respira dulzura
lejos de las caricias de las manos
sólo su aroma permanece
¿qué necesidad de rojos claros
esmeraldas
o profundos rubíes
si ella misma
es la más bella entre las flores?
seguro que la envidian los ciruelos
que los crisantemos se avergüenzan
y es que el año próximo
en la balaustrada
será la Reina del Otoño
¡cómo es posible que los poetas clásicos
hayan sido tan poco sensibles
para olvidar sus encantos!

los rayos fríos del sol
tristes
trepan la celosía de mi ventana
supongo que las esterculias
estarán cargando a cuestas
con el rocío de toda la noche
con la resaca del vino
apetece aún más ese té amargo
abro los ojos
y el perfume Borneol viene a complacerme
el otoño se termina
¡pero los días me parecen tan largos!
aunque la nostalgia de Zhongxuan
era más triste aún
mejor dejarse llevar por la ebriedad del buen vino
y no defraudar así a la Flor de Oro
que crece en la Barrera del Este

‘Cielo de las perdices’
(flor del canelo)
de un amarillo mate claro
casi pálido
su talle respira dulzura
lejos de las caricias de las manos
sólo su aroma permanece
¿qué necesidad de rojos claros
esmeraldas
o profundos rubíes
si ella misma
es la más bella entre las flores?
seguro que la envidian los ciruelos
que los crisantemos se avergüenzan
y es que el año próximo
en la balaustrada
será la Reina del Otoño
¡cómo es posible que los poetas clásicos
hayan sido tan poco sensibles
para olvidar sus encantos!
